jueves, 18 de diciembre de 2014

CUANDO PENSÉ QUE YA ME HABÍA PASADO DE TODO...

A veces creo que este blog va a desaparecer, pues ya... aunque no he encontrado empleo aún... ¿Qué más puedo contar? ¿Qué más me puede pasar? si se me ha dormido un entrevistador, si me he presentado con la misma camisa que la entrevistadora, y un largo etcétera que todos/as conocéis.
Pues el otro día me pasó algo nuevo.
Me presenté en una entrevista con la dirección bien apuntada, y bien estudiada en el callejero.
Bueno, pues llego pronto, llamo al telefonillo y me piden que espere unos minutos, y yo, por no pasar frío en el portal, en la calle mejor dicho, ya que no me abrieron ni para que entrara en el portal, pues me puse a dar una vuelta.
Vuelvo, y me encuentro un montón de gente en el portal, y es que era una entrevista de grupo, es verdad, me lo avisaron en la llamada, bueno, pues me pongo a comentar con la gente y una vecina que sale no deja la puerta abierta, empezamos a subir a ese piso donde no nos cogen el telefonillo, y nadie abre la puerta.
Todos comentamos que es raro, y yo digo que a mí antes me cogieron el telefonillo y me dijeron que volviera luego. Nos extrañamos aún más: "¿se han ido?" era la conclusión más lógica. Entonces pido la dirección completa a los compañeros, y le digo: "claro, es que es otro piso" llamo al otro piso, ya dentro del edificio claro, así que llamo a la puerta y me empiezan a ladrar unos perros, con una fuerza, y un señor me abre la puerta para decirme que estaba equivocada.
Bajo a la calle, los que iban a hacer la entrevista conmigo se ríen: "la que has liado" me dicen. Yo sorprendida, vuelvo a mirar la dirección: Me había equivocado de número de la calle, con la suerte que en el otro número de la misma acera había otra entrevista de grupo.
Yo ya, entenderé que no me creáis, de verdad que lo entenderé.
PD: salgo corriendo y aún llego a tiempo a mi entrevista, no me dieron el puesto.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

CORRIGIENDO LA NOVELA

Estoy frente a uno de los momentos que más odio, cuando tengo que presentarme frente a mi obra, y corregirla. Si, he acabado una novela, y ahora... ya, por lo pronto he desechado los diez primeros folios.
La verdad, la primera impresión que me sobreviene es: "¿Esta mierda la he escrito yo?" adelantándome a cuando llega el crítico familiar y te dice: "le deberías dar otra vuelta" y pienso: "menos mal que no leíste el primer intento", aunque claro lo peor es cuando te dicen: "no deberías dar a leer tu obra a nadie antes de corregirla"
Luego están los buenos momentos, cuando no recuerdas algo secundario de la trama y te captura tu propio relato, mientras lees deprisa pensando: "¿cómo resolví yo este lío?" y te sorprendes con tu propio relato, con su contenido, pues he de reconocer que lo mío no es el continente.
A veces, también intento imaginar que diría mi profesor de escritura creativa, y creo que con la novela me diría: "deja de dar explicaciones y cuenta algo" y es que la verdad es que por lo menos lo diez primeros folios... se van a la papelera de reciclaje.
Mis incansables musos tienen más fe en mí que yo talento, y me atormentan con sus voces, convirtiéndome en una escritora delirante, y luego yo les atormento a ellos con mi falta de coherencia.
A esto se une la huida hacía adelante, que es mientras estoy corrigiendo, y en mi cabeza resuena una y otra vez que el libro no es bueno, que no merece la pena, una nueva idea quiere salir, reclama abandonar el mundo de las ideas y penetrar en el de los relatos, y cada vez más te parece que debes dejar ésta y empezar con la siguiente, que será mejor, que tiene mejor argumento.
Probablemente este no sea mi peor momento como escritora, es simplemente que tristemente, corregir una novela es lo más cerca que he estado nunca de otros pasos que imagino más duros. Como mandar los manuscritos a editoriales.
Imagino que será duro mandar el libro y que nadie te conteste. Que dejará la misma sensación que cuando no te llaman de ningún trabajo ni en campaña de Navidad, que vas al C.V. a comprobar si anotaste bien el teléfono. Pero soy valiente y eso no me da miedo, tengo experiencia mandando mi C.V. a más de 1000 sitios sin respuesta, y he seguido en la brecha, y sigo en ella, pues necesito comer. Espero que esa misma constancia no me abandone ahora frente a mi obra, y pueda dar voz a mis musas.

domingo, 23 de noviembre de 2014

EMPEZAR MAL LA SEMANA

Hoy lunes, a las 7 de la mañana, estoy en internet buscando trabajo. Me inscribo en las ofertas, y cuando acabo con cada una de las páginas vuelvo a mi email y veo que sólo me he apuntado ¡tras tanto rato! a unas cinco ofertas.
Es que empezar el día, o la semana buscando trabajo es muy mala manera de empezar. Es muy triste, es como una oportunidad que estás perdiendo continuamente, y luego viene lo peor, los remordimientos de conciencia por la cantidad de oportunidades que perdiste cuando aún creías tener futuro...
Lo más gracioso es que cuando llevas ya treinta minutos en internet buscando te encuentras que cualquier oferta te parece bien, y te preguntas "¿será lo mismo para los seleccionadores de personal? ¿Cuántos más c.v. ven mejor les parecen?"
Es que las ofertas que hace unos años hubieras descartado, tú y casi todos son ahora buenas ofertas ¡qué duro es haber firmado tu propio contrato de esclavitud! (me refiero a la hipoteca)
Aunque luego está lo de las páginas en las que estás inscrita y no te acuerdas, de tantas como te has apuntado. De pronto en un meta buscador de empleo te encuentras una buena oferta, te vas a inscribir y resulta que tienes ya dentro tu c.v. anterior. Pues esa es otra, frente a la desesperación no paras de cambiarlo por si acaso por lo que no te llaman es por que tu c.v. no es "adecuado" o "bonito"
Bueno, ya me he deprimido yo este lunes, no quiero deprimir a nadie más, parece mentira que lo que pretenda con el blog es tener uno de humor...

lunes, 3 de noviembre de 2014

EL MENSAJE

Había una vez una chica, que estaba siempre encomendada a la suerte, al Karma, a los rezos, a su religión, y a todas las creencias que le llegaban a través de redes sociales. Cualquier consejo de palabras bonitas que le llegaba los cumplía. Era una bien pensante, trabajadora incansable, incapaz de rendirse, pues consejos sobre no rendirse hay a montones.
El caso es que no hay quien le pueda negar el mérito, pues llegó lo más alto que pudo, al límite de lo que su clase social le permitió. Pues no nos engañemos, el techo de cristal es muy visible para las mujeres, pero sobretodo es descarado para las/os obreras/os. (Y doble si eres mujer)
Incluso, superó a muchos de aquellos, que siendo de más clase social de origen, que ella, eran más tontos, o menos trabajadores.
Así cuando los familiares y amigos ya creían que iba a reventar de tanto como trabajaba y perseguía sus sueños, logró ser una aclamada, y famosa... empresaria.
Pero, resultó que, por un paso mal dado, por un revés inesperado, por una de esas circunstancias que una no puede ver venir. Se vio dando explicaciones frente a la prensa por una gestión mal hecha.
Y cuando el periodista de turno le dijo:
- ¿Cómo se explica usted este error tan grave y tan poco propio de usted? - Ella rauda contestó.
- Es que verá... recibí un mensaje de esos de reenvíalo a diez amigos o algo horrible te pasará, y no lo pasé. El estrés, tenía muchas cosas en la cabeza...
Cuando cayó en desgracia, no encontró otra explicación.

lunes, 20 de octubre de 2014

ESTUDIANDO OPOSICIONES

¿No sé si recuerda alguien cuando hablábamos del "coste de oportunidad" principio de economía laboral, según el cual, cuando una persona aceptaba un trabajo debía ponderar que perdía la posibilidad de tener otro.
De igual manera, en aquella época en la que teníamos esperanzas, estudiar una oposición podía suponer perder oportunidades laborales, pero ahora, señoras, señores. Cuando alguien me dice que pierdo el tiempo estudiando, que de todas formas las plazas son para los enchufados me da la risa.
Es verdad que muchos de los funcionarios están enchufados, es verdad que a muchos nos falta, concentración y talento para sacar los exámenes tan duros que suponen alcanzar "mejor vida" que sin ninguna duda es la de funcionario. Pero, ¿qué otra cosa puedo hacer mientras espero un puesto de trabajo que no llega?
Que se supone que debo hacer ¿ver la televisión? hasta eso cansa si es todo el día.
Así que ya, no estudio una oposición por que tenga la más mínima esperanza, si no, para, por lo menos, tener un motivo para levantarme cada mañana. No pago academia, sólo me he comprado el temario, y las tasas, así estoy, volcada día y noche contra unos apuntes, con una más o menos sana esperanza.
Pero tampoco hay otra cosa más que hacer, qué hacerles corregir exámenes.
Hace mucho tiempo que decidí entregar el acta de rendición, pero no encuentro donde se presenta, a lo mejor en los apuntes de la nueva oposición pone algo. Quien sabe.
De todas formas, no olvidéis que los que llevamos años estudiando oposiciones, si bien nadie nos debe nada si no las hemos sacado, la justicia poética nos debe una plaza. Por persistencia, por valor, por insistencia, que los tribunales de las oposiciones deben estar hartos de ver nuestro nombre y nuestra letra.
Hoy casi muero frente a los folios, hay temas que me han coincidido en varias oposiciones que ya no sé ni cuantas veces he leído, y he creído que me moría ya de desesperación. ¿Creéis que me darán plaza honorífica si muero estudiando la oposición? Digo, por lo menos, para morir como funcionaria.

viernes, 26 de septiembre de 2014

DENTRO DE POCO ESTO NO SERÁ FICCIÓN

Y va el jefe y me dice que debo vestir mejor, que voy demasiado mal vestida al curro, que doy mala imagen.
- Es que no puedo vestir mejor - le explico - pues voy pidiendo en el metro en la ida y la vuelta.
- Bueno, pero es que - me contesta - usted ya tiene un trabajo de ocho horas diarias, ya no necesita pedir en el metro.
- ¿Cómo que no? - contesto - si me pagan lo mismo que pago de hipoteca, tengo que pedir en el metro para, con los tres euros que saco, pagar la comida y cena diaria. Para la comda entre horas me da dinero mi madre, y los gastos fijos los voy dejando sin pagar. Cuando me corten el agua, ya verá usted lo que es dar mala imagen.

sábado, 13 de septiembre de 2014

ME OBLIGAN A MENTIR

Llevo una temporada queriendo hacer una entrada sobre las preguntas en las entrevistas de trabajo. Pero creo que no va a ser una entrada para todas, si no que cada una de las típicas preguntas tendrá su propia entrada. Se las traen, además ¿a qué aspiran haciendo todos las mismas preguntas todo el rato? ¿es qué se creen que es la primera entrevista que hacemos en nuestra vida?
El mes pasado hice una entrevista en la que el entrevistador me hizo una pregunta que no me habían hecho antes. Me preguntó de qué me gustaría trabajar en un mundo ideal. ¡El factor sorpresa! introducir en una entrevista de trabajo un factor tan extraño como es el talento del seleccionador. Que creo que debería ser siempre así. Su trabajo es seleccionar personal, saber como soy en tan sólo cinco minutos. Es difícil, sobretodo si me haces las mismas preguntas que mi orientadora laboral ya me ha dado escritas. Pues son las que salen en cualquier blog de búsqueda de empleo.
Bueno, enderezo, que me quedo en mi tema, pero me voy de mi intención de hacer de esto algo divertido.
Voy con la pregunta del día.
Va el seleccionador de personal y pregunta: ¿dónde te gustaría estar dentro de cinco años?
Y yo le diría:
- Pues mire yo quiero ser funcionaria o vivir de la literatura.
- También, si no puede ser esta opción, me gustaría tener el típico trabajo en el que "no se hace ni el huevo" (existen trabajos así, aunque a mí nunca me ha tocado uno).
- Desde luego no querría seguir siendo una buscadora de empleo.
Pero le digo:
- Me gustaría tener un trabajo estable en el que poder desarrollar mis habilidades y ponerlas al servicio de la empresa.
- Me gustaría haber promocionado y tener un grupo de trabajo a mi cargo.
- Tener un trabajo con responsabilidades dentro de la gestión de la empresa.
Te obligan a mentir, y es que cuando una trabaja de buscadora de empleo sobretodo adquiere la habilidad para mentir.